lunes, julio 26, 2010

Comenzar a creer

Yo a los 29 y no queriendo contar las rayas que faltan para los treinta, veo un mundo que se desordena de toda la lógica en la que creía creer. Me da lata decirlo, pero hoy soy un alma que quiere buscar algo más en la vida y no cansarse en encontrarlo, pero al igual como mucho de los más míos, con una modorra terrible para comenzar.

En una de esas estoy madurando y pasando del descrédito al entender que las cosas que uno quiere deben partir de uno, y no de las vueltas de la ruleta que las puedan traer, por esas cosas del destino. A todo esto, las ruletas ni nada asociado a un casino son lo mío. Estoy destinado cual Cristo a la Cruz, a romperme el lomo a latigazos el resto de mis días, porque premios no ganaré. Esa es una certeza.

Por cierto. Voy a comenzar a pensar y a crear, que escomo caminar y mascar chicle, pero creo que lo puedo lograr. En una de esas los sorprendo cuando algún día los llame para contarles lo que ahora estoy pensando que puede ser una buena idea, trabajada, muy trabajada, pero buena al fin.

Comienzo a creer que es posible en la posibilidad de creer en que puedo comenzar.

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